Lemonade Letters

Siempre me he preguntado en diferentes tiempos las razones de mi decadencia y fracasos, sin embargo, aunque sé con certeza que la respuesta es que yo misma me limito, todavía no sabría el porqué de esto. Suponiendo que todos los protagonistas tienen a alguien que les hace la vida imposible, en mi película yo sería mi propio villano. Creo firmemente que mi peor enemiga soy yo únicamente, nadie en este enorme abismo me ha dañado más de lo que yo me he destruido con el paso del tiempo. No podría decirte si lo hice sin intenciones o quizás el odio que me tengo me hizo agarrar el impulso suficiente y ahora ya no me sirven los frenos para parar todo este desastre. Pareciera que constantemente busco la manera de arruinarme de una vez por todas cuando es un hecho que avanzo un paso y retrocedo tres. ¿Has escuchado la teoría del cangrejo? Esta dice que en una cubeta un solo cangrejo podría salirse sólo sin problemas, pero si se encuentra llena de otros cangrejos, éstos se jalan unos a

La poesía y la escritura me saben a limón, pero se parecen mucho al cielo. Al cielo de día, de noche; a un cielo despejado o cuando tiene pecas en forma de nubes. Se asemeja mucho a cuando el cielo llora, a cuando está feliz; a cuando duerme, incluso cuando lo desvelan las luces que inundan su ciudad.  No tiene horarios de visita, podría llegar a cualquier hora, a veces aparece de maneras inesperadas pero siempre es bien recibida. En mi propia línea del tiempo, la poesía tiene un pasado del que no está muy orgullosa, un pasado vergonzoso y escabroso que no quiere que sea revelado. Sin embargo, como todo en esta vida, si hay un pasado existe un futuro y con él la inevitable sensación de que se pueda convertir en esas memorias hasta el mismo presente. Por eso he decidido impulsar a mis letras a enfrentar al pasado, para convertirse en él mismo y así crear un futuro.  Considero que es difícil exponer mis palabras al mundo,  pero siendo sincera, me da más miedo que se conviertan en olvido.