Lemonade Letters

Hoy desperté y te extraño.  He tenido que aprender a vivir, aprender a vivir de nuevo pues la única forma  en la que sabía hacerlo  era en una vida en la que estabas tú.  Hace días desenterré  (para mi desgracia) cómo se sentía vivir  como antes lo hacía. Y extraño cómo era tenerte  y te busco  y aprendo a no buscarte y te recuerdo. Y todavía no puedo recordarte sin sangrar.

  Pienso mucho en ti dime por favor que tú piensas en mí. ¿Acaso no me ves cuando recorres tus pasillos y les encuentras cicatrices? ¿No estoy en tu pensamiento cuando miras la escalera y se escucha mi llanto? O te recuerda a mí la soledad del invierno y llego cuando sientes la ausencia de verano. Cuando te falta sol y te sobran lágrimas, cuando sientes que te ahogas y te miran con lástima. Cuando estas triste cuando estás feliz cuando te hablan con franqueza y cuando te hacen sufrir. Me gusta pensar que aún te cortan mis palabras a mí todavía me duelen tus gritos y me apuñala tu mirada. Sin querer encontré  que hace tiempo no lloro aunque me cale el pecho y te imagine solo, aunque estés enfermo y en mi contra estén todos. Pienso mucho en ti, pero no te extraño más, dime por favor que tú piensas en mí y que tu “perdón” algún día va a llegar.