Mis sentimientos se esconden.

 Mis sentimientos se esconden. Se esconden de tus ojos, de tu boca, de tu risa a la que me he vuelto adicta y de tu respuesta cuando te pregunto si me quieres y tú me miras, y yo muero. 

Se esconden detrás de mis ojos para que los tuyos los busquen en los míos. Se esconden tras las estupideces que te digo para que tú rías aunque sea un segundo.  

Hablando de tu risa, a mi me gusta en todas sus versiones; pero mis favoritas siempre van a ser las que te saco yo, las que me dedicas, esas que se te escapan cuando me miras y pienso yo que piensas en algo más que en mí. 

Mi amor, me asusta mucho que mis sentimientos dejen su timidez de lado y que no se escondan más. Me asusta que te tengan confianza, que te griten verdades. Tengo miedo de eso que pasa cuando mis sentimientos salen, cuando abren sus puertas y no hay nada del otro lado esperando entrar. 

¿Y si tus sentimientos también son tímidos? 

Quiero pensar que se esconden detrás tus ojos, de tus chistes, de tus caricias. 

Quiero pensar que se esconden de mis ojos, de mi boca, de mi risa, y de mi respuesta cuando me preguntas si te quiero, y yo desvío la mirada, y tú te mueres de nervios. 

Me asusta lo que pasará si nuestros sentimientos tímidos pierden el pudor y la vergüenza y salen a pasear. ¿Moriremos de amor? ¿Nos cansaremos de amar? ¿Se escaparán de nuestras manos? ¿A otras personas saldrán a buscar? 

Así que con estas y con otras excusas le pondré candado a todas mis puertas, silenciaré cada uno de mis latidos, detendré mi respuesta cuando me hagas esa pregunta y encerraré a mis sentimientos, por si algún día salir ya no les asusta.