Mariposas.
Hoy vomité mariposas muertas
y no quería aceptarlo
pero las veo y me parecen tan tiernas
que las quiero regresar de un bocado.
Recuerdo cuando paseaban dentro de mí
cuando decías mi nombre y las hacías reír
cuando a pesar de nuestras separaciones
se negaban a partir.
No migraban
ni se alejaban
ni dormían.
Solo esperaban con ansias tu risa
y tus buenas noches
y cuando tus palabras me mecían
hasta que me quedaba dormida.
Pero un día esas mariposas se cansaron
y ya no las satisfacían tu cariño de a ratos
ni las señales confusas que solías mandar
ni el tiempo que solo en las noches me podías dar.
Y de tanto esperar a que llegara la madrugada
murieron de hambre, y de sed, y de esperanza.
Y se quedaron un rato a ver si regresabas
y lo hiciste, de hecho
pero ya no se sentía como ellas recordaban.
Así que hoy les hice un funeral a mis mariposas muertas
y claro que estás invitado
espero que llores, te disculpes y, por supuesto, te arrepientas.
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