La luna y tú.
Caminaba sintiendo que algo me faltaba volteaba a todos lados y me encontraba solitaria. Izquierda, derecha adelante y atrás me faltaba algo pero no lo podía encontrar. Enseguida me acordé del piso y el cielo alto vi al suelo y solo estaban mis zapatos. Mis ojos se elevaron y vieron la luna se veía como tú brillante, constante y tranquila así como tú. Entonces recordé que mi brazo iba vacío y mis oídos te extrañaban y mis ojos te buscaban y en la luna te encontraban. La luna se ve como tú hipnotizante, radiante y me vuelve loca, como tú. Pero no es igual a ti tus ojos no le tienen que envidiar nada a las estrellas ni tu voz al coro de la iglesia ni tu perfil a los griegos ni tu rostro a la belleza. En cambio la luna no me parece tan brillante si estás conmigo ni tan hipnotizante si estás para hablarme al oído. La luna se ve como tú encantadora, inalcanzable pero no me hace sentir como lo haces tú.