La luna y tú.

 


Caminaba

sintiendo que algo me faltaba 

volteaba a todos lados 

y me encontraba solitaria. 


Izquierda, derecha 

adelante y atrás 

me faltaba algo 

pero no lo podía encontrar. 


Enseguida me acordé

del piso y el cielo alto 

vi al suelo y solo estaban mis zapatos. 


Mis ojos se elevaron 

y vieron la luna 

se veía como tú 

brillante, constante

y tranquila

así como tú. 


Entonces recordé 

que mi brazo iba vacío  

y mis oídos te extrañaban 

y mis ojos te buscaban 

y en la luna te encontraban. 


La luna se ve como tú 

hipnotizante, radiante 

y me vuelve loca, como tú. 


Pero no es igual a ti 

tus ojos no le tienen 

que envidiar nada a las estrellas 

ni tu voz al coro de la iglesia 

ni tu perfil a los griegos 

ni tu rostro a la belleza. 


En cambio la luna

no me parece tan brillante 

si estás conmigo 

ni tan hipnotizante 

si estás para hablarme al oído. 


La luna se ve como tú 

encantadora, inalcanzable 

pero no me hace sentir 

como lo haces tú. 

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