Entradas

Mostrando las entradas de julio, 2021

Cuando me encuentre.

Imagen
  Sigo siendo yo. Un poco más confundida, un poco menos viva; pero sigo siendo yo.  Sigo teniendo los mismos pensamientos, sigo teniendo la misma voz, sigo queriendo amor; sigo buscando aprobación de un montón y muchos de ese montón son de una familia que nunca me abrazó cuando sentía que me ahogaba en las lágrimas de una niña que solo quería que dejaran de hacerla sentir que era lo peor.  Todos somos adictos a algo que nos destruye y yo me volví adicta a destruirme.  Juro que a veces intento pararlo pero siento cómo la abstinencia empieza a consumirme.   Ya no quiero sentirme abandonada, pero esa adicción y todo lo demás dejó mi alma desgarrada y ahora estoy segura de que nadie me daña, solo yo me desprecio y me apuñalo y me muero desangrada.   Ojalá mi versión de seis años me perdone por el desastre en el que la convertí y lo infeliz que la he hecho sentir y lo incompetente que fui cuando necesitaba que la protegieran y de mi propia mente huí hasta que mis recuerdos desaparecí. Ojalá

23 de junio.

Imagen
Diario: Hoy dejaste de ser querido, porque tienes en tus páginas cómo me fui enamorando de él y también cuando lo estaba empezando a perder.  Así que mientras te escriba cuánto lo extraño y cuanto me duele que no nos podamos tener, me temo que no te puedo volver a querer. 

Mariposas.

Imagen
  Hoy vomité mariposas muertas y no quería aceptarlo  pero las veo y me parecen tan tiernas que las quiero regresar de un bocado.  Recuerdo cuando paseaban dentro de mí cuando decías mi nombre y las hacías reír  cuando a pesar de nuestras separaciones  se negaban a partir.  No migraban ni se alejaban  ni dormían.  Solo esperaban con ansias tu risa  y tus buenas noches  y cuando tus palabras me mecían  hasta que me quedaba dormida.  Pero un día esas mariposas se cansaron  y ya no las satisfacían tu cariño de a ratos  ni las señales confusas que solías mandar  ni el tiempo que solo en las noches me podías dar.  Y de tanto esperar a que llegara la madrugada murieron de hambre, y de sed, y de esperanza.  Y se quedaron un rato a ver si regresabas  y lo hiciste, de hecho  pero ya no se sentía como ellas recordaban.  Así que hoy les hice un funeral a mis mariposas muertas y claro que estás invitado  espero que llores, te disculpes y, por supuesto, te arrepientas.  

Por si me encuentras:

Imagen
Soy una etapa, voy de paso por donde caiga.  Llego , revoloteo, pongo todo de cabeza y después me alejo.  Te presto de mi tiempo, doy amor, arreglo; arruino lo que ya estaba descompuesto, descompongo lo completo; completo lo incompleto con lo que tengo y si no tengo me lo arranco del cuerpo con la punta de mis dedos.  Soy una etapa, no me quedo.  Camino por tu pasado y reacomodo tus recuerdos, abrazo tus fracturas hasta que sanen por completo, le doy risa a tus tragedias y llanto a la nostalgia que te da cuando te dejo.  Dejo un pedacito de mí en cada persona a la que abandono y con lo que sobra hago un rastro, por si me necesitan cuando no saben a dónde ir y recuerdan que su único refugio siempre fueron mis abrazos.  Soy una etapa, voy de paso por donde caiga  y a veces quisiera caer en mi propio camino para ayudarme como sé que nadie ha podido y abrazarme cuando sienta que mis fracturas ya no sanan.   

Con dedicatoria.

Imagen
  No te quiero dedicar más tiempo hoy convertiré mi mar de sentimientos en un par de efímeros versos.  Haré que todos mis párrafos de amor quepan en una semblanza  y voy a dejar que todas mis jarras de “te quiero” quepan sólo en una taza.  No te quiero dedicar más noches voy a recordarte en las mañanas  y luego odiarte en las tardes  para algún día llegar a la madrugada  y ya no lograr sentir nada.  Ya no quiero desvelarme por ti  así que te dedico este poema y voy a volver a dormir. 

Otra carta sin enviar.

Imagen
  No te puedo hablar de lo que siento así que te lo escribo.  A pesar de eso a tus escritos los escondo muy bien, no los saco a pasear, no se los presento a nadie, existen sólo donde estoy yo.  Los leo en voz bajita, casi inaudible, los repaso una y otra vez. Los reescribo, les lloro, te lloro y así muchas veces.  No me atrevo a dejar que los leas, no me atrevo a leértelos.  Ni siquiera los publico, porque entonces sería como si mis sentimientos estuvieran expuestos y pudieras hacer lo que quisieras con ellos; n o digo que no puedas, no digo que no he sentido cómo lo haces desde hace un tiempo ya; solo que no tienes idea, o quiero creer que no.  Y ruego porque los pocos versos que dejé tirados por ahí no los hayas leído, porque me derrumbaría saber que sigues aquí conmigo aún sabiendo que me haces tanto daño.